Figueres, 27 de octubre de 2022
El Teatro-Museo Dalí ha presentado la nueva exposición temporal que lleva por título Transgrediendo la Venus. ¡Dalí es clásico, es surrealista y es Pop Art!
La han presentado Montse Aguer, directora de los Museos Dalí, y Laura Bartolomé, comisaria de la muestra y curadora de la Fundació Gala-Salvador Dalí. Una de las novedades principales radica en la manera cómo se muestra la escultura Venus de Milo con cajones que forma parte de la colección permanente del Art Institute of Chicago y que éste cede a la Fundación Dalí como préstamo digital. Para ello, se ha realizado una creación holográfica que se presenta en una pantalla OLED transparente LG que, al mismo tiempo, quiere ser un homenaje a los hologramas que Dalí creó durante los años setenta en colaboración con el Premio Nobel de Física Dennis Gabor. Además de las dos esculturas, una física y otra digital, se exponen 1 óleo, 3 dibujos, 1 pieza de material preparatorio, 15 fotografías, 3 folletos, 2 revistas, 2 libros y un fragmento del filme Autoportrait mou.
Aquí podéis ver la presentación a los medios de comunicación.
Dalí como nexo entre el Clasicismo, el Surrealismo y el Pop Art
La exposición, que podrá verse a partir de hoy y hasta el próximo otoño, permite visibilizar las principales líneas de pensamiento de Dalí en torno a la Venus de Milo y la importancia de esta escultura helenística a lo largo de su creación artística. También analiza la reinterpretación que Dalí hace en los sesenta situándola como un precedente del Pop Art. Como destaca Montse Aguer, junto con la obsesión por la pintura El Ángelus de Millet, la Venus de Milo le sirve a Dalí para desarrollar su método paranoico-crítico de interpretación de la realidad. La escultura Venus de Milo con cajones es una de las piezas que Dalí incorporó en su Teatro-Museo.
Una tecnología de última generación para un préstamo digital
El ejemplar de bronce de la Venus de Milo con cajones que pertenece a la Fundación Dalí se expone dentro de una vitrina de cristal en diálogo con su homónima americana, ésta última en forma de creación holográfica que se muestra gracias a la tecnología emergente OLED transparente. Este tipo de pantalla permite mostrar imágenes de tipo holográfico en alta definición, brillo y contraste. El dispositivo de la exposición es una de las primeras unidades de esta tecnología pionera, que se prevé que evolucione exponencialmente en un futuro próximo. Las imágenes de alta resolución han sido cedidas por el Art Institute of Chicago, la técnica holográfica ha sido realizada por tururut Art Infogràfic y la pantalla OLED la aporta la empresa LG.
Con este préstamo digital, la Fundación Dalí apuesta por la introducción de la tecnología en el espacio expositivo, para la preservación y conservación de las obras de arte originales y para la sostenibilidad de los préstamos de obra internacionales.
Transgrediendo la Venus. ¡Dalí es clásico, es surrealista y es Pop Art!
En Vida secreta de Salvador Dalí, el artista declara: "Mi gloria surrealista no valía nada. Debía incorporar al Surrealismo en la tradición. Mi imaginación debía volver a ser clásica". Con toda probabilidad, se refiere retrospectivamente a finales de 1936, momento en que ya ha conocido la fama en Europa y especialmente en los Estados Unidos, y la revista Time ha publicado un retrato de Dalí realizado por Man Ray en la portada del mes de diciembre. Seguramente, esta imagen se convierte en el punto de partida simbólico de un nuevo comienzo que le distancia del entorno surrealista de París, y también de Europa.
Jennifer Cohen, Curadora asistente de Investigación del Art Institute of Chicago, afirma: "Dalí se invistió a sí mismo con la responsabilidad de encabezar un segundo renacimiento que invocaría las cualidades perdurables del arte clásico, al tiempo que adoptaba las invenciones del psicoanálisis. En su autobiografía, una ilustración que se titula "La nueva carne" enfatiza su giro hacia el Clasicismo y es donde escribe: "tenía que empezar a luchar por una cosa que era «importante». Esta cosa importante había de hacer «clásica» la experiencia de mi vida, dotarla de una forma, una cosmogonía, una síntesis, una arquitectura de eternidad". Más allá de estos objetos psicológicamente relevantes basados en ensamblajes, Dalí estaba creando una "nueva carne", una ambición con un alcance mucho más allá del Surrealismo.
Venus de Milo con cajones es una escultura de yeso de 1936 que rememora, a escala reducida, la obra original conservada en el Musée du Louvre de París desde 1821. Dalí transgrede el referente clásico perforando el cuerpo de la Venus con seis cajones, elementos que, según Dalí, sólo pueden comprenderse a través del psicoanálisis: "Porque la única diferencia entre la Grecia inmortal y la época contemporánea es Sigmund Freud, que ha descubierto que el cuerpo humano, que en la época de los griegos era puramente neoplatónico, hoy en día está lleno de cajones secretos que solo el psicoanálisis es capaz de revelar". ¿Es posible que su deseo de transgresión responda a la voluntad de acomodar el ideal del mundo clásico a la realidad del presente, ergo a los años treinta del s. XX?
Los cajones forman parte de su iconografía surrealista más genuina y aparecen en su pintura a partir de 1929. Eclosionan, sin embargo, en 1936, coincidiendo con la creación de esta escultura que el artista sitúa en el marco de la Guerra Civil. En Confesiones inconfesables de Salvador Dalí podemos leer: "El caos español me trastornó y los monstruos de la Guerra Civil invadieron mis telas [...]. La muerte, la nada, la abyección del odio me acosan. Mi sistema paranoico-crítico funciona perfectamente. En plena desesperación, sigo pintando y exaltando mi vértigo. Invento la Venus de Milo con cajones...". A propósito de estas declaraciones, Laura Bartolomé se pregunta si el artista pudo concebir estos cajones "como facilitadores de la exploración del subconsciente de una sociedad que, alejada del ideal clásico encarnado por la Venus de Milo, ha sido llevada al conflicto civil".
En cuanto a las dos llaves que vemos en 1939 en la presentación de la Venus de Milo con cajones en la Julien Levy Gallery de Nueva York, su presencia es muy probablemente efímera. No se tiene ningún indicio de que formaran parte de la creación original de 1936, ni tampoco se vuelven a detectar con posterioridad. El añadido temporal de nuevos atributos a una obra ya acabada, como las llaves, es una práctica que Dalí ejercita con cierta frecuencia durante los años treinta. El resultado es una obra efímera que sólo existe mientras dura su presentación pública. A efectos de estudio, esta creación de 1939 se identifica como una versión o variación de la obra original, es decir, de la Venus de Milo con cajones de 1936.
Poco después de que Salvador Dalí presentara esta escultura en la Julien Levy Gallery en 1939, crea el Sueño de Venus, un pabellón para la Exposición Universal de Nueva York. En la fachada, proyecta una Afrodita con cabeza de pez, inspirada en El Nacimiento de la Primavera de Boticelli. Una creación nuevamente transgresora que es censurada por el comité organizador, censura a la que Dalí responde con su Declaración de la independencia de la imaginación y los derechos del hombre a su propia locura.
Posteriormente, en 1964, Dalí realiza una edición limitada de bronces de la Venus de Milo con cajones. Es probable que accediera a replicar esta escultura como respuesta a la creciente demanda de obra para exposiciones internacionales. En realidad, la Venus de Milo con cajones forma parte de casi todas las grandes retrospectivas de Dalí: el mismo 1964 en Japón, después en Nueva York (1965), Ámsterdam (1970) y también en el Centro Pompidou de París (1979).
Coincidiendo con esta edición de bronces Dalí añade pompones a cada uno de los cajones de la escultura en yeso de 1936 y a todos los ejemplares de bronce, elementos que también pueden leerse en clave de transgresión. Sólo el ejemplar que reserva para el Teatro-Museo Dalí, identificado con la marca "Exemplaire Gala Dalí" es una excepción. Con este gesto, es muy probable que quisiera distinguir este ejemplar del resto de bronces, convirtiéndolo as en un determinado tipo de obra única. Jennifer Cohen interpreta la adición de los pompones como "una aportación de múltiples referencias históricas y contemporáneas al tema clásico del objeto, no sólo porque recuerda el Objeto de Meret Oppenheim (llamado El desayuno en piel por André Breton) y las uñas de armiño del maniquí de Bonwit Teller con la cabeza de rosas del mismo Dalí, sino porque también anticipa las ilustraciones posteriores del artista en 1970 para la Venus de las pieles de Leopold Sacher-Masoch". Este salto histórico, según Cohen, se produce "a través de una intervención que podría describirse como un adorno de moda, y que consiguió que el 1936 de Dalí volviera a ser relevante, con lo que la obra frágil y envejecida se transformó para encontrar su momento en la cultura visual de principios de la década de 1960".
En noviembre de 1964, Dalí anuncia ante las cámaras de TVE la instalación de seis Venus de Milo con sus respectivos cajones en el balcón de su futuro museo. Imagina este proyecto como ejemplo de "lo más truculento de lo que hoy se llama Pop Art". A pesar de que no termine llevándose a cabo, supone una clara declaración de intenciones. Además, en Autoportrait mou de Salvador Dalí, un filme rodado por Jean-Christophe Averty en Portlligat en 1966, el artista afirma ante la cámara que su Venus de Milo con cajones es "una lección para los artistas Pop". E incluso la identifica como antecedente del Pop Art en la monografía La visión artística y religiosa de Gaudí, publicada en 1969.
En el Teatro-Museo Dalí, cuando el espectador transita por el primer piso, tras salir de la Sala Mae-West, se encuentra con una particular sucesión de obras: el Busto de mujer retrospectivo 1933/1976-1977, uno de sus principales objetos surrealistas; la hornacina con la Venus de Milo con cajones 1936/1964; una instalación consagrada al Ángelus de Millet, y por tanto a su método paranoico-crítico; el espacio reservado a Poesía de América, una pintura de 1943 en la cual el Surrealismo y los cajones aún son evidentes, y en la que Dalí anticipa el Pop Art con la representación de una botella de Coca-Cola.
Al final del recorrido, hay una sección dedicada a Moisés y el monoteísmo, un claro tributo a la obra de Freud. La amalgama de Clasicismo, Surrealismo, psicoanálisis y Pop Art de esta galería es la misma que condensa en su Venus de Milo con cajones. Y todo ello persiste en su particular Olimpo, el Teatro-Museo Dalí, su última gran obra de arte que es, a la vez, el reservorio de su inmortalidad.
Publicación digital
La publicación digital incluye textos de Montse Aguer, de Laura Bartolomé y de Jennifer Cohen del Art Institute of Chicago. Puede descargarse desde la web de la Fundación Dalí en 4 idiomas: catalán, castellano, francés e inglés. Así mismo, hay disponible un apartado web específico para esta muestra.
Montaje
La exposición puede verse desde hoy 27 de octubre y hasta el otoño de 2023 en la Sala de las Logias del Teatro-Museo Dalí de Figueres. El montaje ha sido responsabilidad de Pep Canaleta de 3carme33. El grafismo, de Alex Gifreu.