Figueres, 28 de diciembre de 2020
Uno de los minerales de que se compone La cruz del ángel, la pirita-marcasita, se ha degradado por un incremento puntual de la humidad relativa y un posible ataque bacteriano. La Fundación Dalí ha acudido a especialistas de distintas disciplinas: la joyería, la química, la gemología y la mineralogía, para estudiar la manera más idónea de restaurar la obra y de eliminar las condiciones favorables para la degradación y el posible desarrollo de bacterias.
La marcasita reacciona ante la presencia de humedad oxidándose y generando sulfatos, hecho que ha provocado la disgregación de una parte de la marcasita. Los científicos han intervenido aplicando unos vapores de amoníaco para neutralizar la posible presencia de bacterias. También se ha reducido la humedad relativa dentro de un recipiente sellado. Al mismo tiempo se ha enviado una muestra de sulfuro a unos laboratorios de Corea para realizar la secuenciación del ADN y determinar si hay presencia de bacterias.
La colaboración con los expertos en distintos campos relacionados con las joyas ha permitido a la Fundación Dalí profundizar en el estudio de La cruz del ángel en concreto y de valorar posibles actuaciones a futuro para evitar que se repita la situación que ha provocado la degradación. Paralelamente se está estudiando la manera de conseguir un estado óptimo en el interior de la vitrina reduciendo la humedad relativa para poder volver a instalar la base de la joya.
Después de un trabajo colegiado que ha durado seis meses, se sigue en contacto con los científicos y se vigila de cerca el estado de La cruz del ángel. Se esperan los resultados de la secuenciación del ADN para saber si hay presencia de bacterias, identificarlas y conocer su comportamiento. Con esta información se valorará si deben tomarse medidas adicionales para evitar la degradación de la joya en un futuro.
Es la primera vez que una de las joyas de la colección Owen Cheatham requiere la intervención de un equipo multidisciplinario tan diverso. Ninguna de las otras 38 joyas corre peligro porque sus minerales y piedras preciosas son estables a los cambios de humedad y de temperatura.