La muestra, que ofrece una mirada completa a la persona y la obra de Salvador Dalí, contiene pinturas, dibujos y acuarelas realizados en un período de unos 60 años, entre ellos, una serie de acuarelas producidas por el artista en 1945 para ilustrar La autobiografía de Benvenuto Cellini. Dalí pintó la primera obra surrealista a finales de los años 20. El interés de Dalí por los ejes científicos y técnicos del tiempo constituyeron un motivo recurrente en su obra. Adaptando distintos descubrimientos científicos en su arte, Dalí creó un estilo propio.
A pesar de ser expulsado del movimiento surrealista, a finales de los años 30, se convirtió en uno de sus exponentes más conocidos. Las obras que se exponen reflejan no sólo el talento imaginativo de Dalí sino también el dominio que tenía de diferentes técnicas pictóricas. Dalí era un genio multidisciplinar: al margen de la pintura, el dibujo, la escultura e instalaciones, escribió extensamente, creó objetos de vidrio y joyería, diseñó decorados de teatro, vestuarios, anuncios, de una forma tan imaginativa, como sorprendente y al mismo tiempo provocadora.
Durante los años 30, Dalí pasó en Estados Unidos varios intervalos de tiempo y residió allí de forma ininterrumpida del 1940 al 1948. Su personalidad fue capturada por las instantáneas en blanco y negro del fotógrafo de origen alemán Eric Schaal (1905-1994). Schaal trabajó con Dalí des de 1937 hasta 1942. Además de las fotografías que muestran esta colaboración entre artista y fotógrafo, también se incluyen otras fotografías documentales, directamente relacionadas con el contenido de esta exposición, así como también se proyecta la película, Un chien andalou (1929), producida por Dalí y Buñuel.
Esta muestra ha sido organizada en colaboración por el EMMA y la Fundación Gala-Salvador Dalí. Todas las piezas que se exponen proceden de los fondos de esta segunda entidad.