Año: 1975
Dirección: José Montes-Baquer
Producción: Westdeutscher Rundfunk (WDR) Germany Distribution y Polyphon Hamburg
Duración: 50 min.
A raíz de la colaboración entre Salvador Dalí y José Montes-Baquer nace esta singular composición audiovisual realizada mediante el uso de técnicas cinematográficas y electrónicas. La película es un homenaje al escritor francés Raymond Roussel (1877-1933), predecesor de los surrealistas y muy admirado por ellos, quien desarrolla un sistema formal para generar la inspiración a partir de los juegos de palabras y las referencias narrativas surgidas de éstos. Dalí percibe en Roussel a un precursor de su método paranoico-crítico y como fruto de su admiración concibe esta obra innovadora y experimental que es un viaje fantástico a la Alta Mongolia.
Impresiones de la Alta Mongolia - Homenaje a Raymond Roussel transcurre entre las imágenes del recién inaugurado Teatro-Museo Dalí en Figueres, la casa de Portlligat y el happening que el genio ampurdanés orquesta en Granollers en 1974. Asimismo, la música, la fábula inventada expresamente por el artista y una batería de imágenes alucinatorias (extraídas de la pieza metálica de una estilográfica) vertebran la estructura del film.
El viaje imaginario ideado por Dalí hace referencia a la historia de una princesa mongola que alimenta a sus súbditos a base de polvo de setas, lo cual les provoca alucinaciones y les incita a pintar. Durante el transcurso del film, una expedición científica es enviada a la Alta Mongolia con el objetivo de localizar la enorme seta blanca alucinógena y desconocida que provoca tales efectos en dicha civilización.