Nacido en el seno de una familia de tradición artística y muy relacionada con los Dalí (es su tío Ramon Pitxot, quien hace que Dalí descubra el impresionismo y determina su vocación de pintor), vive con su familia en San Sebastián desde 1946 hasta 1964. Allí tiene como profesor de dibujo a Juan Núñez Fernández, quien también lo había sido años antes de Dalí en Figueres. En los años cincuenta, mientras practica un realismo de raíz expresionista se da a conocer con diversas exposiciones en San Sebastián, Barcelona, Madrid, Bilbao o Lisboa. En 1964 se instala definitivamente en la casa familiar de Cadaqués. En este período, su obra sufre un giro decisivo, ya que dirige la atención hacia el estudio de los objetos de su entorno: las piedras de Cadaqués, de las cuales hace surgir visiones anamórficas, antropomórficas y alegóricas, con las que entronca con una corriente subterránea de la pintura occidental que va desde ciertos maestros del manierismo italiano hasta el surrealismo.
También durante estos años, rehaciendo los viejos vínculos familiares, inicia su relación con Dalí, que culminará en un amistad duradera. En agosto de 1972 Dalí lo visita en su taller y le propone instalar una exposición permanente de su obra en el Teatro-Museo de Figueres, la cual se inaugura el 28 de septiembre de 1974. Se puede decir que el museo es, en buena medida, el resultado del diálogo entre estos dos creadores. En 1975, en colaboración con Salvador Dalí realiza los cuatro "monstruos grotescos" del patio interior del Teatro-Museo. Son monstruos-fuentes a la manera de los manieristas italianos, realizados con acumulaciones de piedras, cajones, troncos de árbol, un esqueleto de una ballena, caracolas y conchas. Antoni Pitxot será, desde la inauguración, el director del Teatro-Museo, tarea que combinará con su trabajo de pintor.
Entre Pitxot y Dalí se establece una gran comunicación y una complicidad estética. Así, por ejemplo, en 1958 Pitxot trabaja en la exposición "La batalla de Constantí", que presenta en Barcelona. El tema de la batalla es inspirado por una conversación con Dalí, que le explica que las rocas de la playa de Sa Conca en Cadaqués ya configuran por sí solas múltiples batallas. Dalí hace el texto de presentación para el catálogo y le dicta a Antoni Pitxot el contenido, frase por frase: "Cuando las rocas despiertas de cuatro mil años de soñar, las ensordece el estrépito de una batalla en cada mano".
En los últimos años de Dalí, Pitxot lo acompaña en todo momento. Ambos artistas mantienen un intercambio permanente de comentarios y opiniones sobre temas diversos, especialmente sobre el arte y el mundo de la pintura; así, hablan sobre Watteau, Rembrandt, Velázquez, Gustave Moreau, los prerrafaelitas o el futurismo italiano.
Antoni Pitxot ha sido el director del Teatro-Museo Dalí, además de patrón vitalicio y vicepresidente segundo de la Fundación Gala-Salvador Dalí hasta el día de su muerte. El 16 de septiembre de 2004 recibió de manos de S. M. el Rey Juan Carlos la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes y el 19 de octubre de 2014 el Ayuntamiento de Figueres le otorgó la Fulla de Figuera de Plata. El 10 de marzo de 2015 el pleno del Ayuntamiento de Cadaqués aprobó el nombramiento de Antoni Pitxot i Soler como Hijo Predilecto del municipio, donde residen, por la gran implicación suya y de su familia.
La exposición temporal del Castillo de Púbol de 2014, Dalí - Pitxot. La alegoría de la memoria, se ha dedicado a la trayectoria de Antoni Pitxot. El catálogo publicado con motivo de esta exposición contiene un documental que ha sido galardonado con el Golden Prize de Avicom (Comité Internacional para el audiovisual y las tecnologías de la imagen, sección audiovisual del ICOM). Aquí podéis ver un tráiler del audiovisual.
Antoni Pitxot i Soler ha fallecido el 12 de junio de 2015, día en que se ha inaugurado en el Museu de Cadaqués la exposición "Dalí. Pitxot. Cadaqués. Entorno a la pintura" organizada por el Ayuntamineto de Cadaqués y la Fundació Gala-Salvador Dalí. La muestra quiere ser un homenaje a la larga amistad y colaboración de Salvador Dalí y Antoni Pitxot. Es también un tributo al arte y la pintura, a un paisaje mineral único, el de Cadaqués, que inspira y condiciona al mismo tiempo a ambos artistas.