La actual Casa-Museo de Portlligat fue la única residencia estable de Salvador Dalí, el lugar en el que vivió y trabajó de forma habitual hasta que en 1982, con la muerte de Gala, decidió trasladarse al Castillo de Púbol.
En 1930, atraído por el paisaje, la luz y el aislamiento del lugar, Salvador Dalí se había instalado en una pequeña barraca de pescadores situada en Portlligat. A partir de esta construcción inicial fue creando poco a poco, a lo largo de cuarenta años, su casa, que, según su propia definición, era «como una verdadera estructura biológica [...]. A cada nuevo impulso de nuestra vida le correspondía una nueva célula, una habitación».
La forma resultante es la estructura laberíntica actual, que a partir de un punto de origen, el Vestíbulo del Oso, se dispersa y enrosca en una sucesión de espacios encadenados por pasos estrechos, pequeños desniveles y recorridos sin salida. Estos espacios, repletos de infinidad de objetos y recuerdos de los Dalí, están decorados con unos recursos que los hacen especialmente cálidos: alfombras, paredes encaladas, flores secas, tapicerías aterciopeladas, muebles antiguos, etc. Todas las estancias, además, cuentan con aberturas de formas y proporciones diferentes que enmarcan el mismo paisaje, referencia constante en la obra de Dalí: la bahía de Portlligat.
A propósito de su residencia habitual, Salvador Dalí afirmaba: «Portlligat es el lugar de las realizaciones. Es el lugar perfecto para mi trabajo. Todo se conjura para que así sea: el tiempo transcurre más lentamente y cada hora tiene su justa dimensión. Hay una tranquilidad geológica: es un caso planetario único».
LOS ORÍGENES DE LA CASA Y SU CRECIMIENTO ARQUITECTÓNICO
En 1930, buscando una vivienda propia, Dalí se instala en Portlligat, en la barraca de pescadores que le vende Lídia Noguer. Se trata, en realidad, de una cabaña con el techo en muy mal estado donde los hijos de Lídia suelen guardar sus aparejos de pesca. Para adquirir la casa de Portlligat, Dalí utiliza los 20 000 francos franceses que el vizconde de Noailles, como mecenas, decide adelantarle a cambio de una pintura, que finalmente será La vejez de Guillermo Tell. Dalí relata las dificultades del viaje de París a Portlligat en su autobiografía Vida secreta de Salvador Dalí, en la que también evoca el proyecto de la casa: «Nuestra casita debía componerse de una pieza de unos cuatro metros cuadrados, que debía servir de comedor, dormitorio, taller y vestíbulo. Se subían unos peldaños y, en un rellano, se abrían tres puertas que comunicaban con una ducha, un retrete y una cocina apenas lo bastante grande para moverse en ella. Deseaba que fuera muy pequeña -cuanto más pequeña, más intrauterina-».
En el año 1932, Dalí arregla la segunda barraca, que había comprado unos meses más tarde. Esta primera célula de la casa hace las veces de entrada, comedor, sala de estar, taller y dormitorio al mismo tiempo. Unos peldaños conducen hasta una cocina de dimensiones reducidas y un pequeño baño. En 1932 la casa consta ya de las dos barracas más un pequeño anexo correspondiente al office actual. En el Olivar, el artista construye dos hileras de columnitas cilíndricas y los muretes de ladrillo que consolidan algunos bancales.
En 1935, con la intención de ampliar su residencia, los Dalí contactan con el constructor Emili Puignau, quien a partir de ese momento será el ejecutor de las obras. A él se le confía la construcción de los dos cuerpos de edificio que corresponden al taller -hoy día el Salón Amarillo- y al dormitorio -el actual Salón de los Pájaros- y que se terminan en el verano del año siguiente.
Al estallar la Guerra Civil, Dalí y Gala se trasladan a los Estados Unidos y no vuelven a Portlligat hasta finales de 1948. En ese mismo año, el matrimonio compra una nueva barraca, también de unos veintidós metros cuadrados, que en 1949 se convierte en las actuales Biblioteca y Sala de Estar, así como una extensión de terreno que corresponde a una parte del Olivar. En la primavera de 1949, la casa ya está lista para ser habitada; Gala se ocupa de decorarla, y adquiere numerosos muebles en distintas tiendas de antigüedades de Olot y La Bisbal.
A partir de 1949, la vivienda de Portlligat va creciendo en función de las necesidades de Dalí. Al conjunto ya existente se suman así tres barracas adicionales y se construye el nuevo Taller, el actual y definitivo, que se termina en primavera del año 1950. En 1951, con la cocina prácticamente finalizada, se empieza a habilitar el Dormitorio situado encima de la Biblioteca, y en 1952 les llega el turno a las demás áreas de servicio. En 1954 culmina la construcción del Palomar, y al cabo de un año el matrimonio Dalí adquiere la Barraca del Reloj, que se conserva en su estado original hasta la actual remodelación y reconversión en consigna de la Casa-Museo.
En cuanto a la «Vía Láctea», en Diario de un genio encontramos ya una primera referencia que corresponde a 1956; dos años después, en 1958, Dalí vuelve a mencionarla: se trata de un camino encalado paralelo al mar cuyo comienzo está señalado por un granado. El patio y la muralla que lo rodea -con la idea de transformar este espacio en un recinto inaccesible- se construyen en torno a 1960. En verano de 1961 finalizan los trabajos en la Sala Oval, prácticamente semiesférica y basada en un diseño que el artista había realizado en 1957 para una sala de fiestas de Acapulco. En 1963 culmina la construcción del Comedor de Verano y, luego, de la Piscina, proyectada en 1969 y terminada en verano de 1971, aunque Dalí seguirá trabajando en ella y modificando determinados aspectos de la misma. Este ámbito singular, que se convierte en el epicentro de la vida social de los Dalí, vive su momento de máximo esplendor entre los años 1972 y 1974.
LA CASA-MUSEO, HOY
En la casa podemos diferenciar tres ámbitos: las estancias en las que transcurrían los momentos más íntimos de la vida de los Dalí (planta baja y Salas 7 a 12); el Estudio, Salas 5 y 6, con multitud de objetos relacionados con la actividad artística del Maestro; y los espacios exteriores, Sala 13 y Patios 14 y 15, especialmente concebidos para la vida pública.
Desde el 4 de agosto de 2009 se puede visitar otro espacio situado en la zona del Olivar; se trata de una construcción circular que el artista utilizaba como taller adicional, especialmente para realizar esculturas y también performances. Las claraboyas de cristal le resultaban muy útiles para pintar pies, como los que pueden verse, por ejemplo, en el Palacio del Viento (la Sala Noble del Teatro-Museo de Figueres). En la cara exterior de la torre se empotraron unos recipientes de barro agujereados para que silbasen cuando la tramontana soplaba a través de ellos.
En el interior, donde se puede apreciar un piano que Dalí había utilizado en algunas acciones artísticas, se han instalado dos proyectores que muestran simultáneamente audiovisuales del artista, en esencia reportajes de los años sesenta y setenta con Dalí y la casa