En el taller de Dalí
Irene Civil Plans - Jefa de conservación y restauración
Sobre el método de trabajo en La ascensión de santa Cecilia
La gran cantidad de fotografías que muestran los diversos talleres que Salvador Dalí tuvo a lo largo de su trayectoria creativa, conservadas en el archivo fotográfico del Centro de Estudios Dalinianos de la Fundació Gala-Salvador Dalí, nos permiten adentrarnos en algunos de los secretos de taller del artista. Si observamos las fotografías de los años 40 hechas en sus estudios de la península de Monterey, en California (il. 2, 3), o las de los años 50 en Portlligat -su taller por antonomasia-(il. 4, 5, 6), en seguida percibimos el entorno pequeño y febril en que trabaja Dalí.
El caballete del artista está rodeado de mesitas cubiertas de todo tipo de utensilios, como tubos de pintura, espátulas y pinceles, pequeños botes con óleos y barnices. Vemos que el artista trabaja al mismo tiempo en varias pinturas, que reposan en caballetes o están apoyados en los muebles, entre el foco de luz y multitud de objetos que Dalí acumula y pinta. También hay varios dibujos preparatorios y fotografías inspiradoras pegadas en la pared o en el propio caballete; ejemplo de ello es la presencia persistente de láminas que reproducen pinturas de Rafael Sanzio, como la Virgen del jilguero (il. 2, 3, 13), la Madonna Sixtina (il. 4, 5, 12) o el Traslado de Cristo. Además, los diversos libros abiertos por páginas ilustradas nos muestran de qué manera las imágenes representan un elemento destacado en el proceso creativo y de trabajo del artista.
Actualmente, la mayoría de estos libros se conservan en el Centro de Estudios Dalinianos, así como el resto de la biblioteca y el archivo personal de Dalí. En concreto, se preservan una serie de magníficos volúmenes sobre la obra de Rafael (il. 7, 9,10), cuyas hojas denotan que han sido muy consultados y trabajados por el pintor. No es raro encontrar páginas enteras arrancadas, manchadas con pintura, o imágenes recortadas, dibujadas con cuadrículas (il. 8), e incluso algún esbozo a lápiz de tipo rafaelesco hecho por el mismo Dalí (il. 11). El artista renacentista es uno de los máximos referentes de Dalí a lo largo de su carrera artística. En el caso de La ascensión de santa Cecília[1], óleo que presentamos en la exposición "Dalí-Rafael, una prolongada ensoñación", Dalí se inspiró en la pintura de Rafael Santa Catalina de Alejandría (il. 14). Además, vemos que desde la época surrealista Dalí hace uso de imágenes diversas y fotografías no solo como fuente de inspiración, sino también para incorporar estas imágenes, de procedencia diversa, en las composiciones de sus óleos. Se trata de ilustraciones o láminas de libros (il. 12, 13, 16), como hemos dicho, de revistas, o de fotografías directas de sus modelos, como Gala, realizadas en su taller por fotógrafos colaboradores. Este conjunto de imágenes representa un material preparatorio esencial para entender uno de los métodos de trabajo y de creación pictórica más utilizados por el artista desde los años 30.
El proceso de trabajo
Por lo tanto, el pintor catalán utiliza la figura de santa Catalina (il. 15, 16) como material de taller en el proceso técnico de la realización de su obra. Una vez que Dalí tiene la imagen que le interesa incluir en su composición pictórica -en este caso la lámina del óleo de Rafael-, la copia, la calca y la transfiere a la tela. Pero, ¿cómo lo hace, cuál es el proceso de trabajo? Aquí, de entre los diferentes sistemas tradicionales de traspaso de imágenes a la tela, Dalí utilizó el método de la cuadrícula (il. 18, 19). El procedimiento consiste en dibujar una cuadrícula sobre la imagen de la santa representada en la lámina, lo que facilita la tarea de ampliar o disminuir las dimensiones de la figura al copiarla a lápiz sobre un papel de calco. A continuación, este dibujo se transfiere a la tela a través de la hoja transparente (il. 20).
Se exponen por primera vez varios materiales preparatorios que Dalí utilizó para La ascensión de santa Cecilia conservados en la Fundación Gala Salvador Dalí. Entre otros, está la ilustración en blanco y negro de Santa Catalina de Alejandría extraída de un libro, que presenta el rostro reticulado a lápiz (il. 15, 18), o la lámina en color de la misma obra de Rafael, con una cuadrícula a lápiz en la zona de la cara, que presenta rasgaduras y un trozo de cinta de pintor pegada en la franja superior, probablemente puesta ahí para sujetar el papel de calco (il. 16, 19). Por otro lado, en la Fundación se conserva también el dibujo a lápiz del rostro de santa Cecilia sobre una lámina plástica (il. 20). La cuadrícula y las dimensiones superiores nos indican que el pintor utilizó posteriormente este dibujo reticulado para su pintura Explosión de fe mística en el centro de una catedral, de c.1974[2], una muestra más de la reutilización constante y recurrente de imágenes en sus obras. Vemos como Dalí tiene un excelente dominio de los recursos técnicos, y juega con ellos.
Desde los años 40, Dalí se proclama seguidor de la tradición clásica renacentista y se interesa profundamente por la técnica, hasta el punto de escribir un manual para los futuros aprendices de pintor, 50 secretos mágicos para pintar (il. 22), en el que explica con todo detalle su método de trabajo, entre otros secretos técnicos[3]. Pero la incansable actividad creativa de Dalí va más allá de los recursos técnicos. Da igual que las figuras y los elementos de sus pinturas sean copiados o no. De hecho, según el pintor, Rafael ya copiaba de Perugino[4]. Los recursos técnicos sirven a Dalí para alcanzar su objetivo final, que pasa por la integración de varias imágenes en sus singulares composiciones elaboradas según la cosmogonía propia del momento, que en este caso es la etapa mística nuclear. Es así como en la pintura de Salvador Dalí la imagen de santa Cecilia se presenta desintegrada y flotante (il. 21).
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Catálogo Razonado de Pinturas de Salvador Dalí, núm. 706.
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Catálogo Razonado de Pinturas de Salvador Dalí, núm. 752.
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Salvador Dalí, 50 Secrets of Magic Craftsmanship, Dial Press, Nueva York, 1948.
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Alain Bosquet, Conversaciones con Salvador Dalí, 1966, en Obra completa, vol. VII, Entrevistas, Destino - Fundació Gala-Salvador Dalí - Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Barcelona-Figueres-Madrid, 2006, p. 1074